ENFRENTO LA PERDIDA SIN EGOISMO

“Un compromiso individual que demanda readaptarnos a nuevos capítulos de la vida con la ausencia”
El acontecer de la vida resulta de eventos inmemorables como un día nacer y un día morir, eventos que se plasman en nuestras conciencias y con el tiempo avizoramos desarrollar sustracciones de estos, que al enfrentarlos cuando hemos perdido esa persona con la que nos vinculamos, generamos afectos, relaciones dependientes e historias imborrables, cuando ese ser se va, y a lo inmediato en búsqueda de cuidado emocional su ausencia nos deja vulnerables, tanto que quisiéramos perpetuarnos en su memoria o en su defecto evitar cualquier intento de recuerdo, cuando es una tarea o un reto de superación ponernos en contacto con el vacio que ha dejado la perdida de lo que no esta y valorar su importancia soportando el sufrimiento y la frustración que comporta su ausencia.
En esto de los eventos de la vida y su origen, nacemos y estamos rodeados de muchas personas que se unieron al sentimiento gratificante de todos aquellos que Dios nos dio como familia, y en su intensión de alegría les unió en ese momento el inicio de una historia, historia que algún día tendría su final, pero que en esto de las actitudes humanas de egoísmo nos enajenaron a una realidad finita y nos idealizaron a una historia sin fin. Morimos y al igual que en nuestro nacimiento estamos rodeados de muchas personas que acompañan con su presencia la tristeza de la perdida, del dolor, de la agonía afectiva emocional profunda que contrastada a la alegría de un día nacer nos encontramos con eventos polarizados, que en ultimas hacen parte de nuestra historia, de nuestro transcurso por los días, meses o años que Dios nos regalo.
Enfrentar la perdida sin egoísmo no es otra cosa que aceptar la realidad finita con la fuimos diseñados y creados, es también una tarea individual y colectiva de permitir a nuestro seres queridos que ya no están su partida, comprender que el que murió simplemente se nos adelanto, por que un día todos vamos para allá, que hoy ya no podemos físicamente ver, abrazar, expresar, sentir etc. Pero que lo mejor de El, su amor sigue en tu corazón. Enfrentar la perdida sin egoísmo se convierte además en aprender en la vida a dejar ir aquello que no regresara físicamente, pero que perpetuamos en nuestra memoria ilustrada de recuerdos. Se trata también de ir cerrando círculos y capítulos que no retornaran, que por mucho que le demos y le demos al asunto jamás volverán, es una tarea personal pasar la hoja, el capitulo, cerrar el circulo, aun con todo y esos recuerdos que nos abordan. Si es necesario, romper fotos, cartas grabadas en nuestras conciencias, soltarnos de objetos que nos hacen daño, decir palabras que quedaron haciendo eco interno por no expresarlas cuando eran necesarias. Poder dejar libre aquella persona, que desde su nueva vida a gritos nos exige libertad

Javier Enrrique Castro Felizzola Asesor Familiar de Duelo
Jardines del Recuerdo
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