martes, 9 de agosto de 2011

A veces no solo enterramos o cremamos físicamente a nuestros muertos,

sino que también lo hacemos emocionalmente: les ponemos allí, en nuestro corazón, en un lugar lejano del mismo donde no "molesten" (duelan) mucho, de forma que si surgen, les frenamos para que el dolor no sea tanto.

Hay que rescatar a nuestros muertos de su muerte y "desenterrarlos" emocionalmente...

Es parte esencial del proceso de sanación.

J. Montoya.



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