lunes, 31 de octubre de 2011

HACER UN PARE


Después de ver lo importante pero a la vez difícil que es despedirse de un ser querido y aún más preparar su partida… nos hemos preguntado ¿cómo quiero partir? ¿Cómo llegará ese momento para mi? ¿Cómo quiero que me recuerden?

Para responder a estas preguntas quiero dejar una reflexión:

¿Cuántos amigos tienes?

¿Cuántos amigos cree usted tener?, preguntó una persona a un vecino de asiento con el que compartí un viaje recientemente. Después de mirarlo, yo fingí seguir leyendo el periódico y me limité a escuchar una conversación que me hizo reflexionar.

-      Yo también creía tener muchos – dijo -, hasta que me puse a pensar y tuve que replantearme el concepto de amistad.

¿Quién no sabe lo que es un amigo?, pensé. Pero, a medida que la conversación avanzaba, me di cuenta de que el concepto tradicional de amistad que tenemos no define realmente lo que es un amigo.

Su siguiente pregunta fue más tendenciosa:

-¿Cuántas personas a las que usted considera amigos incluiría en la lista de invitados a su boda?

-Entre doscientas y trescientas.

-¿Y al bautizo de un hijo?

-Entre setenta y cinco y cien.

-si quisiera usted ira l cine o al estadio hoy por la noche, ¿a cuántas personas pensaría en llamar?

-No se…, como entre quince y veinte.

-Por los visto tiene usted muchos amigos – dijo el otro sonriendo-. Pero ¿cuántas de las personas en las que ha pensado para estos eventos le cuentan sus asuntos personales, sus problemas? ¿Con cuántas de ellas comparte usted sus más nobles ambiciones, sus problemas personales o familiares? ¿En los hombros de cuántos de ellos podría llorar sus penas y saberse comprendido? ¿Y cuántos de esos se alegran sinceramente de sus éxitos y sienten en carne propia sus penas?

-Me lo está poniendo difícil – contestó -, esos ya son menos; como dos o tres.

-¿Y si alguno de esos dos o tres en los que está pensando tuviera una enfermedad mortal, y le quedaran unos meses de vida, ¿a cuántos de ellos se ofrecería usted para hacerse cargo de su familia y de la educación de sus hijos?

-Eso sí que es complicado de veras; de “esos” no tengo ninguno.

-Entonces, por lo visto, tiene usted muchas personas que le hacen compañía, tiene dos o tres buenos camaradas y no tiene ningún amigo – concluyó el extraño personaje.

Francamente, me dejó  pensando acerca de lo difícil que es encontrar y, sobre todo, mantener una verdadera amistad, ya que compañías o camaradas todos debemos de tener a montones.

José Carlos Bermejo

Regálame La Salud de un Cuento



Y Tú. ¿Cuántos amigos tienes?

¿Yo soy un verdadero amigo?

Laura Patricia Méndez Salazar
Asesor Familiar de Duelo

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