No lloren por mi, por que ahora soy libre, estoy siguiendo el sendero que Dios me ha señalado. Tome su mano cuando oí su llamado. Di la espalda y lo deje todo.
No me pude quedar ni un día más, a reír, a amar, a trabajar, o a jugar, tareas que no terminé se quedarán así.
Yo encontré ese lugar al empezar esta nueva vida. Si mi partida ha dejado un vacío, llenenlo recordando con amor alegrías, una amistad compartida, una risa, un beso, una fecha especial, una canción, una comida, un lugar, un consejo, un abrazo.
¡Oh! si, esas cosas y momentos yo también extrañaré. No se agobien con momentos de tristeza, mi vida ha sido completa, disfrute muchisimo mis hijos,
buenos amigos, buenos ratos; y en especial el gran amor de mis seres queridos.
Tal ves mi exitencia pareció muy corta, no la alarguen ahora con tristeza. Eleven sus oraciones y tengan tranquilidad, amor y paz. El señor me transformó en luz para iluminar el sendero de mis seres amados. Dios me quería ver ahora y ahora tu me veras en tu mente y me sentirás en tu corazón.
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