jueves, 27 de octubre de 2011

PREPARANDO LA MUERTE DE UN SER QUERIDO

Cuando se habla de los rituales de despedida, se convierte en un proceso muy difícil y se incrementa el dolor, aún más cuando la persona no ha fallecido pero todos saben que va a ocurrir.  En este tipo de situaciones lo más importante es brindar calidad de vida. Si los médicos que le han estado tratando ya le indicaron que no es viable una recuperación o si el tratamiento al cual se debe someter el paciente es muy invasivo y doloroso, Tenga en cuenta:

·         Qué le gustaría hacer a la persona convaleciente. (qué es lo que más le brinda  tranquilidad,  si estar en casa rodeado de las personas que lo quieren o hacer hasta el último intento de prolongar su existencia), evaluando el costo económico, físico y emocional.  

·         La muerte es una experiencia que todos viviremos algún día, prepárese para ese momento, converse con la persona acerca de lo que piensa y siente y permítale saber lo que a usted le está ocurriendo. No oculte sus emociones, recuerde que es su ser querido y le conoce. Es normal sentir miedo ante la vida (a perder lo que ya tenemos, a enfrentar situaciones novedosas)  y a la muerte: (que se incrementen el número de pérdidas de los seres queridos, recuerdos de pérdidas anteriores que aumentan el  dolor, miedo a morir y dejar solos a sus seres queridos). Crear espacios de expresión de sentimientos le ayudará al paciente y a usted a equilibrar la carga emocional que están viviendo.

·         Hable con las personas que ama, sobre la muerte, el ritual de despedida que le gustaría tener y los sentimientos que le invaden de solo pensarlo.

·         Viva cada día con la paz, el amor y la plenitud que su forma de pensar  y de actuar le permita.

·         No olvide que cada día de vida es una oportunidad, para aprender, crecer personal, espiritual y emocionalmente. Y prepararse para el día del suceso fatal.

·         Recuerde que el buen manejo de lo que siente, le permitirá tener una experiencia de vida diferente.

¿Y cuándo llegue el día del fallecimiento?

·         Regálese unos minutos en un lugar que le inspire seguridad (iglesia, su casa etc.), para asimilar la noticia y expresar los sentimientos que le invaden en el momento.

·         Recuerde los momentos de vida que tuvo con esa persona, eso le llenará de fortaleza para tomar las decisiones necesarias respecto al ritual de despedida.

·         Busque su asesor exequial (como no tiene un vínculo emocional le podrá orientar mejor respecto a la legalización del servicio funerario).

·         No tome decisiones sin pensar en las consecuencias, si se encuentra muy aturdido, consulte con alguien de confianza.
¿Qué hacer con mis emociones?

·         Identificar lo que siente en el momento: ira, culpa, miedo y/o  tristeza. Recuerde que todos los sentimientos son válidos.

·         No olvide que el proceso de duelo es individual, cada persona reaccionará dependiendo la cercanía e historia de vida que haya tenido con el fallecido.

·         Del manejo que cada persona le dé a su proceso de pérdida, depende que éste se convierta en un hermoso homenaje de vida o en un momento traumático para usted y las personas que le rodean.

·         Busque ayuda espiritual y psicológica, esto le ayudará en la expresión de sus sentimientos.

Comparto con ustedes esta linda oración Judía, que nos invita a reflexionar en los momentos que estarán presentes estos seres amados que partirán antes que nosotros:

En la salida del sol y a su puesta, los recordamos.

En el viento tibio y en el frío del invierno, los recordamos.

Al abrirse lo brotes y en el renacer de la primavera, los recordamos.

En el azul del cielo y en el calor del verano, los recordamos.

En el susurro de las hojas y en la belleza del otoño, los recordamos.

En el principio del año y cuando se acaba, los recordamos.

Cuando estamos cansados y necesitados de fuerza, los recordamos.

Cuando estamos perdidos y desalentados, los recordamos.

Cuando tenemos alegrías que deseamos compartir, los recordamos.

Mientras vivamos, también ellos vivirán, pues son ahora parte de

nosotros, cuando los recordamos.



Diana Patricia Cárdenas Zapata

Asesor Familiar de Duelo

Grupo Recordar








2 comentarios:

  1. Felicitaciones muy buenas reflexiones

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  2. Laura Patricia Méndez Salazar30 de octubre de 2011, 19:50

    A pesar de las circunstancias, pareciera que nunca estamos "preparados" para despedirnos de nuestros seres queridos. Podemos verlos enfermos, adoloridos, cansados y siempre guardaremos la esperanza de que todo va a mejorar... Pero... si estuvieramos por un momento en sus zapatos... ¿Qué pensaríamos? ¿Qué desearíamos? si nos encontramos en medio de dolores, molestias, impedimentos físicos...
    Nadie tiene la verdad en sus manos, y el dolor es único para cada persona, pero qué pasaría si dejamos por un momento de lado el egoísmo, nuestros propios miedos y apegos y pensamos en el bienestar de aquel que está sufriendo?
    Aprovechemos esos instantes que todavía nos regala la vida para pdoerlos escuchar, sentir, oler; pero también ayudémoslos y ayudémosnos a despedirnos, para que cuendo llegue el momento definitivo para decirnos hasta luego, solo nos invada la tranquilidad y los buenos recuerdos...

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