lunes, 5 de diciembre de 2011

LA MUERTE DE LOS HIJOS

QUÉ DEBO HACER FRENTE A LA ENFERMEDAD DE MI HIJO?



Actualmente el cáncer, la leucemia y otras causas malignas son los responsables de un buen número de muertes entre niños pequeños.


Cuando al niño y a los padres se les advierte por anticipado de la inminencia de la muerte, se tiene la oportunidad de elaborar parte del dolor de la separación y la pérdida antes de que ocurra el fallecimiento.




SI VIVIMOS UNA SITUACIÓN COMO ÉSTA, TENEMOS A UNO DE NUESTROS HIJOS ENFERMO, Y SABEMOS QUE PRONTO MORIRÁ…


TENGAMOS EN CUENTA:

  •  SE LE DEBE DECIR LA VERDAD? Para tomar esta decisión, es importante considerar la edad del niño, si tiene tres años o más, se le debe decir la verdad en una forma que le sea fácil comprender. Se puede recurrir a un relato o cuento que lo ayude a relacionarlo directamente con alguna experiencia previa con la muerte. Las ideas religiosas o algún otro concepto también pueden adaptarse a la explicación de lo que está sucediendo en la vida del niño.
En algún nivel de la conciencia, el niño sabe que su enfermedad es seria. Pero para un niño, el significado de la muerte estará limitado a su pequeña experiencia personal y a los relatos que pueda haber escuchado de amigos o leído en libros.


Un niño pequeño sólo puede relacionar la muerte con al separación de sus padres; para él la ansiedad de la separación es un temor constante de pérdida, especialmente de la madre. Los niños pequeños relacionarán la muerte en esos términos: alejamiento, abandono, soledad. No sentirán la tristeza o la profundidad del significado con la misma intensidad que sus padres.



  • DEBEMOS OCULTAR NUESTROS SENTIMIENTOS? Es posible a los padres les preocupe que no puedan controlar sus emociones y rompan a llorar frente al niño, pero dejar fluir las lágrimas, la tristeza y otras emociones es lo más natural y real.

La exposición de una fachada valiente y estoica no sólo será falsa, sino que puede propiciar que el niño trate de comportarse en la misma forma y no se sienta libre para llorar y expresar sus verdaderos sentimientos.


La mayoría de los informes de niños y adultos cuya muerte se aproxima, revelan que lo que quieren y con lo que se sienten cómodos es con la realidad y la verdad, la sinceridad y la honestidad. La falsedad desorienta y consume energía, despoja a la persona moribunda del derecho a terminar su vida con honestidad y apego a la realidad. Las promesas de “cuando estés mejor”, “cuando vuelvas a casa”, cuando todos saben que el niño está muriendo y nunca regresará a casa, son insultos que defraudan a ambos.


Además los niños son sensibles a las señales no verbales, ellos se dan cuenta cuando estás fingiendo o no eres sincero. Por tanto, si tus palabras no armonizan con tu expresión facial o con lo que revela tu cuerpo el niño se desorienta.

 Sé abierto y sensible con tus palabras y acciones. No te pongas trabas para expresar amor, tristeza, o cualquiera otra emoción que pueda surgir, y así él se sentirá libre también para expresar sus sentimientos. Responde a las preguntas del niño con toda la franqueza que puedas. Si no conoces la respuesta, búscala.
  • Una vez le hayas dicho la verdad al niño, es importante permitir que siga su propio proceso del duelo: su edad, personalidad y patrones para manejar la tensión de la situación y el cambio serán los que determinen la forma en que responda al duelo.
RECUERDA: su respuesta puede ser diferente a la tuya, así que no interfieras en su elaboración del dolor.

  • Ayuda a tu hijo a continuar una vida lo más normal posible, los meses y días finales serán más tolerables si prosiguen las relaciones con amigos y compañeros de escuela.
  • Cada vez que ocurra algo cuya consecuencia sea un cambio físico, el niño atravesará un proceso de duelo separado. Experimentará pequeñas partes de su muerte, y cada una de estas partes será motivo de duelo. Antes de que esté dispuesto a aceptar el cambio, lo embargarán sentimientos de negación, enojo, frustración, depresión y preocupación por lo que sus amigos pensarán o dirán.
Dile al niño que comprendes estos sentimientos y que lo amas. No trates de negar o menospreciar su aflicción si no sus sentimientos serán conflictivos y harán más severa aún su situación.



  • Cuanto más normal sea la situación, mejor será para todos.
  • El contacto físico es un medio maravilloso de comunicación, de demostrar amor y aceptación, es un medio también para que los hermanos permanezcan en estrecha relación.






Bibliografía: DEJALOS IR CON AMOR. NANCY O'CONNOR. ED. Trillas


LAURA PATRICIA MENDEZ SALAZAR

Asesora Familiar de duelo

Grupo Recordar



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