TERCERA TAREA DEL DUELO
ADAPTARSE A UN NUEVO MEDIO
SIGNIFICA COSAS DIFERENTES PARA PERSONAS DIFERENTES, DEPENDIENDO DE CÓMO ERA LA RELACIÓN CON EL FALLECIDO Y DE
LOS DISTINTOS ROLES QUE DESEMPEÑABA ESTE. DARSE CUENTA MUCHAS VECES EMPIEZA
ALREDEDOR DE TRES MESES DESPUÉS DE LA PÉRDIDA
E IMPLICA DESMONTAR LOS LUGARES Y COSAS Y ASUMIR LAS TAREAS
QUE TENÍA LA PERSONA FALLECIDA.
Al aclararse un poco la confusión,
empiezas a estar más consciente de la necesidad de abandonar los patrones
acostumbrados en la relación.
Cuando las personas viven juntas, se
forma una serie de hábitos, pequeñas formas de interacción que se vuelven
rutinarias: el esperar que el esposo traiga el periódico a casa, el llamar por
teléfono a la pareja a una hora determinada todos los días, el sentarse en
cierto lugar durante las comidas, todo ello se ha convertido en una segunda
naturaleza. Cuando estas situaciones rutinarias se interrumpen, tienes que
reprogramar tus expectativas a nivel emocional, físico y psíquico. Cada día te
presenta pequeños recordatorios de que se ha destruido la estructura de tu
vida, sientes una tristeza profunda, un terrible desamparo, una carencia.
Cuando se acepta la realidad de la
pérdida, se comprende la inutilidad de anticipar los antiguos sucesos
rutinarios y, con el tiempo, se reconocen e incluso se aprecian los cambios.
Poco a poco la soledad se convierte en agradables momentos a solas para
dedicarlos a pensar o ser creativo, para empezar o terminar proyectos que han
estado pendientes desde tiempo atrás.
Laura Patricia Méndez Salazar
Asesor Familiar de Duelo
Grupo Recordar
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