Cuando la muerte toca a nuestras vidas, uno de los mayores dolores, es sentir que el tiempo no alcanzó para decirle o demostrarle con hechos a la persona fallecida, lo importante de su existencia. Aquel viaje que se pospuso durante varias ocasiones, el regalo que se quería entregar en navidad, la visita que no alcanzaste a realizar, las llamadas que no hiciste ya que estabas concentrado en tu trabajo, intentado tener una mejor estabilidad y así brindarle calidad de vida a tus seres queridos; entre otras situaciones que vienen a tu pensamiento en un proceso natural de duelo; pero lo más importante es recordar que si te vas a confrontar, no sólo fijes tu atención en lo que faltó hacer; Equilibra esos pensamientos, valorando también todo tu esfuerzo.
Diana Patricia Cárdenas Zapata
Asesora Familiar de Duelo
Grupo Recordar
Diana Patricia Cárdenas Zapata
Asesora Familiar de Duelo
Grupo Recordar
Cuando me amé de verdad comprendí que en cualquier
circunstancia, yo estaba en el lugar correcto, en la hora
correcta y en el momento exacto y entonces, pude relajarme.
Hoy sé que eso tiene un nombre…”AUTOESTIMA”.
Cuando me amé de verdad, pude percibir que mi angustia y
mi sufrimiento emocional, no es sino una señal de que voy
contra mis propias verdades.
Hoy sé que eso es…”AUTENTICIDAD”.
Cuando me amé de verdad, dejé de desear que mi vida fuera
diferente y comencé a ver todo lo que acontece y que contribuye a
mi crecimiento.
Hoy eso se llama…”MADUREZ”.
Cuando me amé de verdad, comencé a percibir como es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona, solo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento, o la persona no está preparada, inclusive yo mismo.
Hoy sé que el nombre de eso es…”RESPETO”.
Cuando me amé de verdad, comencé a librarme de todo lo que
no fuese saludable…, personas, situaciones, todo y cualquier cosa
que me empujara hacia abajo. De inicio mi razón llamó esa actitud
egoísmo.
Hoy se llama…”AMOR PROPIO”.
Cuando me amé de verdad, dejé de temer al tiempo libre y desistí
de hacer grandes planes, abandoné los mega-proyectos de futuro.
Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta, cuando quiero
y a mi propio ritmo.
Hoy sé que eso es…”SIMPLICIDAD”.
Cuando me amé de verdad, desistí de querer tener siempre la razón y
con eso, erré menos veces.
Hoy descubrí que eso es la…”HUMILDAD”.
Cuando me amé de verdad, desistí de quedar reviviendo el pasado y
preocuparme por el futuro. Ahora, me mantengo en el presente, que es
donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez.
Y eso se llama…”PLENITUD”
Cuando me amé de verdad, percibí que mi mente puede atormentarme y
decepcionarme. Pero cuando yo la coloco al servicio de mi corazón, ella
tiene una gran y valiosa aliada.
Todo eso es…”SABER VIVIR!”
“ No debemos tener miedo de confrontarnos…
…hasta los planetas chocan y del caos nacen las estrellas. ”
Reflexión de Charles Chaplin
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